Atención plena y placer
by Renée BurwellVivimos en un mundo con muchas distracciones. La mayoría de las personas son incapaces de permanecer quietas durante 30 segundos sin recurrir al teléfono, el control remoto o cualquier otro objeto que las distraiga.
Hay un arte en estar quieto y vivir verdaderamente el momento presente. Muchos lo perdimos en un mundo donde "las manos ociosas son el taller del diablo" y la productividad a menudo se prioriza sobre el placer. Vivimos en un mundo donde es más fácil vivir en piloto automático día a día que estar conectados con nuestro entorno y con nosotros mismos.
¿Con qué frecuencia te tomas el tiempo para estar conscientemente presente en el momento presente? ¿Con qué frecuencia te tomas el tiempo para notar lo que sientes, saboreas, ves, oyes y hueles en tu entorno? Piensa en esto por un momento: considera cómo tu atención impacta la conexión que tienes con tus experiencias. Imagina comer una pasa. ¿Simplemente te la llevas a la boca y la masticas o te tomas el tiempo para ver las crestas y los colores, sentir la textura, oler los aromas, escuchar la masticación y saborear su dulzura agria y, quizás, un poco de amargura?
Algunos de nuestros recuerdos más vívidos implican poder oler, ver, sentir, oír y saborear en ese momento. Lo mismo ocurre con nuestras experiencias sexuales. Si pensamos en lo que comimos, en los niños en la otra habitación o en el trabajo, nos perdemos la conexión y la esencia de la experiencia. Por eso, la práctica de la atención plena puede ser la clave para descubrir el placer constante en las experiencias sexuales.
El fundador de la reducción del estrés basada en la atención plena, Jon Kabat-Zinn , afirma que existen siete actitudes hacia la atención plena :
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Aceptación: Ver las cosas como son, sin importar lo que esté sucediendo.
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Mente de principiante: permite nuevas posibilidades y evita la rutina de quedarte estancado en tu propia experiencia siendo abierto y curioso.
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Soltar: Deja que tu experiencia sea lo que es ahora. No te aferres a pensamientos, emociones ni situaciones.
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No juzgar: Actúa como testigo imparcial de tu propia experiencia.
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Sin esfuerzo: Permanece contigo mismo aquí y ahora. No intentes cambiar lo que está sucediendo.
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Paciencia: Acepte el hecho de que a veces las cosas se desarrollan a su propio tiempo.
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Confianza: Ten presente que está bien cometer errores. Confía en ti mismo y en tus sentimientos.
Imagina lo relajado, participativo y divertido que puede ser el sexo si incorporas las actitudes mencionadas. Vive en un espacio donde cada encuentro sea algo nuevo. Deja atrás el pasado. Confía en ti mismo. No busques un resultado, sino sé paciente y acéptate a ti mismo y a tu pareja. Todo eso suena increíble.
La atención plena es nuestra capacidad de estar presentes y plenamente comprometidos con nuestras experiencias, permitiendo así que estas tengan un impacto duradero en nosotros mismos. En el acto de atención plena, observamos las experiencias sin juzgarlas y honramos lo que está presente. Aprendemos a volver al momento presente, a pesar de los sentimientos y pensamientos que puedan resultar incómodos. Hay algo nuevo que aprender en cada momento, cuando mantenemos nuestra atención en el aquí y ahora.
Nuestra sociedad nos ha acostumbrado a desconectarnos y a juzgar con dureza nuestra sexualidad y nuestro cuerpo. Las prácticas de atención plena ayudan a nuestro cerebro a reconfigurar los guiones negativos que nos impiden estar plenamente involucrados y presentes en nuestro cuerpo. Esto nos impide aceptarnos plenamente. Se trata de ser conscientes, no de juzgar. Observar lo que sucede, sin decidir si es bueno o malo, y ser amables con nosotros mismos, sabiendo que todo tiene luces y sombras.
Es amoroso abrazar el placer. Es amoroso para nosotros complacer a los demás. Está bien que amemos nuestro cuerpo y nos sentemos a apreciar todas las sensaciones. En muchos sentidos, la atención plena es fundamental no solo para sobrevivir, sino también para prosperar y conectar verdaderamente con los demás.
Según el Dr. Rezvan Ameli , psicólogo clínico sénior, la atención plena tiene dos componentes principales: la atención enfocada y la apertura del corazón. En tu próximo encuentro sexual, observa cómo es la experiencia cuando concentras tu atención constantemente y mantienes el corazón abierto. Aquí es donde la meditación y el yoga (en especial las técnicas de apertura del corazón) pueden ayudar a reconectar con tu yo sexual. Cada vez que sientas que tu mente se distrae, vuelve a centrar tu atención en una nueva acción o sensación del presente. Intenta visualizarte respirando desde el corazón y difundiendo la energía del corazón por ti mismo y/o tu(s) pareja(s). La atención plena puede ser la clave para recargar tu vida y tu yo sexual.
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