Overcoming Infidelity

Superar la infidelidad

La infidelidad es una de las crisis más comunes que una relación puede enfrentar y suele ser un evento traumático para todos los involucrados. Las infidelidades suelen provocar sentimientos de traición, ira, vergüenza y desconfianza. Muchos sienten que el daño causado es irreparable y permanente. Sin embargo, con cada dolor en la vida siempre hay una fuente de sanación y recuperación. Con las herramientas y el apoyo adecuados, su relación puede ser más fuerte, más sana y más honesta de aquí en adelante. La infidelidad no tiene por qué ser una sentencia de muerte para una relación si se aborda con madurez y esfuerzo.

Las infidelidades, al igual que las relaciones, son únicas y no existe un patrón estándar para su desarrollo o finalización. Cualquier persona en una relación, desde las sólidas y sanas hasta las altamente conflictivas, puede experimentar la infidelidad. No existe una regla universal sobre cómo comienzan, pero existen medidas de seguridad para ayudar a proteger y restaurar las relaciones después de su finalización.

Aquí están mis mejores consejos para la recuperación de la infidelidad:

Autocuidado: Independientemente de si decides quedarte con tu pareja o dejarla, la relación más importante que tienes es la que tienes contigo mismo. Este es un momento en el que necesitas asegurarte de cuidar tu mente, cuerpo y espíritu. Tómate tiempo para hacer ejercicio, comer sano, rodearte de buenas personas, meditar y hacer cosas que te resulten divertidas. Cuando la vida te da un giro inesperado, es hora de bajar el ritmo y concentrarte en cuidarte. Recomiendo redoblar tus actividades de autocuidado después de una crisis importante.

No hagas cambios repentinos: Muchos entran en modo de lucha o huida al descubrir una infidelidad. Insto a ambos a tomarse un tiempo para tranquilizarse antes de hacer cualquier cambio que pueda parecer permanente. No te apresures a cambiar las cerraduras, las cuentas bancarias ni a firmar acuerdos de custodia. Analiza detenidamente el potencial de crecimiento y sanación en la recuperación de tu relación y de ti mismo.

Tiempo: Date tiempo a ti mismo, a tu pareja y a tu relación. Sanar no es un proceso de la noche a la mañana. Tómate el tiempo para reaprender y crecer. Recomiendo reevaluar las circunstancias cada 90 días.

Comunícate y busca ayuda profesional: Este es el momento de hablar sobre tus deseos y comprender los de tu pareja. Toda relación entra en luchas de poder donde la buena comunicación suele ser la primera en desaparecer. A veces, debido a bloqueos inconscientes, no sabemos qué queremos o necesitamos. Incluso los mejores comunicadores pierden sus habilidades en una crisis. Un buen terapeuta puede ayudarte a ti y a tu pareja a gestionar sus deseos y necesidades de forma saludable. Recuerda que los terapeutas no son universales. Investiga para encontrar al profesional adecuado para ti mientras te abres camino en este nuevo mundo.

Renegociar la relación: Lo único constante en este mundo es el cambio. Mucha gente inicia relaciones asumiendo que una buena relación surge de forma natural, que los acuerdos (dichos y no dichos) de hoy serán los acuerdos del mañana, y que el conflicto es señal de que la relación está rota. La realidad es que todas las relaciones van a enfrentar conflictos, tener fisuras, necesitar ser renegociadas e incluso encontrar obstáculos. Los acuerdos y las salvaguardias deben discutirse periódicamente.

Puntos a negociar: ¿Es hora de considerar la no monogamia? Si la monogamia es un deseo de todas las partes, ¿qué medidas de seguridad deben implementarse para garantizarla? ¿Cuáles serían las consecuencias si se repitiera una acción similar? ¿Qué reparaciones deben tomar ambas partes?

La reparación no puede ser realizada por una sola persona; debe ser en colaboración. Sepa que con trabajo y tiempo, su relación puede fortalecerse aún más.

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